Las sillas interlocutoras se utilizan a menudo en los centros
académicos de nivel superior, porque son estables y con carcasas fuertes, a
diferencia de los colegios donde la mayoría son pequeños; en las universidades
son adultos, de mayor estatura y peso, por lo tanto los materiales tienen que
ser más resistentes.
Las sillas universitarias en su mayoría no tienen
rodachinas, a menos que sean para una sala de cómputo, así los estudiantes no
tendrán distracciones y no podrán moverse de su sitio establecido.
Sin embargo,
estos asientos necesitan de accesorios de sillas
que les brinden comodidad a los alumnos durante sus dos o más horas de clase, un
ejemplo de ello, son los apoya brazos que pueden ser movibles para que se
puedan sentar fácilmente, además de ser un soporte para sus libros o cuadernos.
Para evitar
molestias durante las clases con el correr de los puestos, es importante que
tengan componentes de sillas en las patas
como las bases de goma, así el ruido no afectará la sesión.
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